Cada vez más, los negocios tienen que adaptarse rápidamente para hacerle frente a los desafíos y ganar relevancia en el mercado. Esto implica cambiar la forma de trabajar en las empresas. En esa línea las metodologías ágiles vienen ganando fuerza en el empresariado peruano. Para afianzar estos esfuerzos y lograr que perduren en el tiempo,
Para Gabriela Llosa, VP de Marketing y Agile Practice Leader de Ransa, una empresa ágil es más adaptable y logra entregar valor a sus clientes al mismo tiempo que motiva a su gente a interactuar de manera colaborativa en equipos multifuncionales. Es así como viene ocurriendo en Ransa, que ya cuenta con una red de 12 equipos que trabajan con metodologías ágiles para generar eficiencias en los procesos, explorar nuevos modelos de negocios y crear soluciones digitales.
Basada en esta experiencia, Gabriela nos comparte 05 claves para la práctica del agilismo en la organización:
- Incorpora la forma de trabajar con agilidad que mejor se adapte a la realidad de tu empresa. La agilidad se puede impulsar bajo diversas modalidades. Por ejemplo, los ‘equipos ágiles’ se dedican a idear permanentemente nuevas maneras de alcanzar los objetivos estratégicos de una empresa; mientras que una ‘mesa ágil’ tiene una dedicación parcial, sin descuidar sus otras actividades en la compañía y persigue un hito específico y finito. Asimismo, puedes optar por promover el ‘trabajo ágil’, a través del cual los trabajadores se retan día a día a hacer las cosas de manera diferente incorporando métodos, herramientas y rituales del agilismo.
- Conecta los desafíos de los equipos ágiles con la estrategia y los dolores del negocio. El equipo ágil deberá centrarse en una situación o problemática concreta como el diseño de un nuevo producto o servicio innovador, la optimización de un proceso o incluso la exploración de nuevas formas de hacer negocios a través de lo cual apuntará a transformar positivamente la compañía a favor de los clientes. Todo esto debe estar alineado a la estrategia y objetivos de los negocios. La agilidad debe ser parte del negocio, no gravitar alrededor de él.
- Fomenta una cultura ágil. Para lograrlo, es necesario alinear la cultura a un escenario de cambios, siempre teniendo al cliente al centro de las decisiones. En este camino, son los líderes (sponsors y product owners) quienes guían este proceso e identifican los retos para mejorar la experiencia de los clientes. El concepto de agilismo debe ser interiorizado en todas las áreas y negocios, siendo la forma de actuar para lograr un cambio en el mindset y un medio para cumplir los objetivos estratégicos.
- Fortalece el conocimiento. Es importante brindar constantemente capacitaciones en metodologías ágiles (Kanban, Scrum, Design thinking, etc.) y también herramientas para fortalecer el liderazgo como el managment 3.0 para sostener el cambio, planificar y brindar retroalimentación y con ello impulsar el agilismo en la compañía. Así, se deben habilitar los espacios y mecanismos para que el aprendizaje se plasme sobre la práctica y los equipos logren conectarse al compartir experiencias y conocimientos a través de comunidades.
- Visibiliza el avance y éxito de los equipos. El reconocimiento es una de las acciones que más valoran los trabajadores. Por ello, saluda frente a toda la organización el compromiso, progreso y logros de los equipos ágiles. Esta es una forma de motivar a que sigan alcanzando los resultados y hacer que la agilidad sea una forma atractiva de trabajo.
Recuerda que promover el agilismo implica cambios profundos en el modelo de negocio de una organización, no obstante, tomando como base estas recomendaciones, podrás crear una empresa más sostenible. Gabriela Llosa destaca que la red de mesas ágiles de Ransa, el operador logístico líder en Latinoamérica, ha generado beneficios tangibles y ha formado trabajadores con un mindset ágil y digital, para que sean más colaborativos, multidisciplinarios y autónomos.